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29 de septiembre de 2017

La condena del refugiado (10) Rohingya, los refugiados invisibles


Esta foto de Mohammed Hossain para Reuters de refugiados Rohingya que huyen de Myanmar hacia Bangladesh lo dice todo. Visto en Principia Marsupia


En el Juzgado somos suscriptores de 5W y con uno de sus excelentes reportajes actualizamos este post de hace unos días viajando a la frontera de Myanmar y Bangladesh de la mano del fotoperiodista KM Asad. KM lleva más de cinco años cubriendo la crisis de la comunidad musulmana Rohingya, en desesperada fuga escapando de la represión del ejército birmano en combate con los guerrilleros rohingya, en uno de los genocidios más silenciosos de nuestro tiempo. Mientras Bangladesh soporta toda la magnitud de esta crisis de refugiados, ACNUR llama a los países de la región a que muestren solidaridad y hagan su parte para mantener abiertas las fronteras y protejan a los refugiados, los parias de los parias, que huyen de la discriminación, la persecución y la violencia en Myanmar en una limpieza étnica de libro. Una catástrofe humanitaria que ya alcanza a más de medio millón de personas, medio millón de desdichados seres humanos que llegan en extrema necesidad a un país ya paupérrimo en sí mismo

Rohinyás: Fotografía desde la frontera

Barcazas a la deriva. Familias cruzando alambradas. La infancia desamparada.

El fotoperiodista bangladesí KM Asad lleva más de cinco años cubriendo la crisis de la comunidad musulmana rohinyá, que huye de los ataques de las fuerzas de seguridad birmanas. Se ha fijado sobre todo en la infancia. “Los niños son inocentes, ¿cómo puede alguien hacerles esto? Los he visto perdiéndolo todo”.

En estas diez fotografías, KM Asad explica qué pasó y qué pasa en la frontera entre Birmania y Bangladesh. Un recorrido por la historia reciente de esta comunidad olvidada. Cerca de 480.000 rohinyás se han refugiado en Bangladesh empujados por el recrudecimiento de la violencia desde finales de agosto, cuando la guerrilla rohinyá (ARSA) atacó varios puestos fronterizos y el Ejército birmano respondió con una ofensiva que ha destruido cientos de pueblos y aldeas.

Aquí encontramos, en imágenes, las historias de algunas de estas personas —y de otras que ya habían huido.


1. Río Naf

A finales de agosto me dijeron que había muchos rohinyás cruzando la frontera porque las fuerzas de seguridad de Birmania estaban atacando y quemando casas. Atravesaban esta zona de nadie en Lomba Beel, junto al río Naf, que separa ambos países. Fui allí y vi cómo llegaban rohinyás sin parar.



2. Barcazas

Me dijeron que la frontera terrestre entre Birmania y Bangladesh estaba cerrada, y que la gente estaba llegando en barcazas a la isla de Shah Porir Dip. Esta foto fue tomada el 14 de septiembre de 2017. Cuando llegaba uno de los botes, los ocupantes me vieron en la orilla y se detuvieron, tenían miedo, pensaban que éramos fuerzas de seguridad. Llegaron lugareños a la zona, les hicieron señas y finalmente vinieron. Nadie murió, pero estaban todos mareados a causa del viaje.

3. La huida

Durante unas dos semanas, entre finales de agosto y principios de septiembre, había rohinyás que llegaban cada día a Bangladesh desde Birmania. La mayoría de las veces cruzaban por la mañana o por la tarde. A veces se detenían para descansar. Vi a gente llorar. Las mujeres y los niños me decían que las fuerzas de seguridad birmanas habían destruido y quemado sus casas. Y que habían asesinado a rohinyás.

4. Una crisis permanente

Esta fotografía es de 2012. Es de la primera vez que cubrí esta crisis. Los rohinyás llegaban entonces a través del río Naf y no por tierra. Las fuerzas de seguridad de Bangladesh estaban devolviendo los botes. Los rohinyás gritaban que les ayudaran, que les dieran refugio. Unos días después, las fuerzas de seguridad bangladesíes recibieron la orden de dejar que llegaran las barcazas. En aquellos días veía de cinco a diez botes en el río, de forma constante. Los que iban en esta barcaza consiguieron llegar.


5. Entre alambradas

Esta familia rohinyá cruzaba la valla entre Bangladesh y Birmania en septiembre de este año. Es zona de nadie, uno de los pocos sitios por los que podían cruzar. Esa fue la forma que encontraron de huir.


6. Sin agua

Los rohinyás llegaban de varios puntos de Birmania. Algunos caminaban durante tres o cuatro días, o durante dos semanas. En esta zona no hay nada, ni tiendas ni lugares para avituallarse. Es un espacio abierto, un enorme campo. La gente huye de casa sin nada. Los bangladesíes daban agua a algunas de las personas que llegaban, como a esta señora. La fotografía fue tomada en la zona fronteriza de Cox’s Bazar el pasado 5 de septiembre.



7. Balas

Ulubunia es una localidad bangladesí cercana a la frontera con Birmania, cercana al río Naf. Cuando llegué, me enseñaron esta bala, decían que la habían disparado las fuerzas de seguridad birmanas. “Viene de Birmania”, me dijeron. La foto es del pasado 6 de septiembre.



8. Jamal 


Esta fotografía es de 2016. Contactos que tengo en la zona me dijeron que el Ejército de Birmania estaba atacando casas y que desde esta zona fronteriza de Bangladesh, Teknaf, se podía ver. Fui al campo de Lada, en la frontera, y encontré a este niño, Jamal Hossain. Había caminado durante más de veinte días, muchos de ellos bajo la lluvia, junto a su madre. Murió. Tenía fiebre y no había comido. Es espeluznante. Pensé qué haría mi madre si fuese yo quien hubiera muerto. Después de sacar esta fotografía, estuve veinte minutos en shock. No podía hacer más fotos.



9. Asmat

Asmat llegó a Bangladesh desde Birmania el pasado 6 de septiembre. Estaba en una cuneta: la gente llegaba allí primero, y luego le hacían sitio en el campo. Yo estaba en un coche y vi que algunos de mis amigos le sacaban fotografías a alguien. Fui y vi a Asmat. Cuando la miré a los ojos me asusté. No hablaba, pero mantenía contacto visual conmigo.



10. Torturas

Esta foto la tomé el mismo día que la de Jamal, el niño que murió en el campo de Lada. Estaba trabajando allí y vino una mujer que me dijo: “Mira esto, por favor”. Levantó la camisa y vi esta marca de violencia en su cuerpo. Decía que las fuerzas de seguridad de Birmania la habían torturado.