Este es el blog. Y esta es nuestra web, está todo más ordenadito, mejor.

19 de febrero de 2011

La pintura según Juan Miguel Palacios (3) Nocturnos 1

Creación audiovisual en corto (2) Varias piezas, varios autores

Presentamos una selección de pequeñas piezas de creación audiovisual de muy distinta inspiración y procedencia, comenzando con algunas de los trabajos que para diversos canales de televisión (Cuatro, Calle13, Antena Neox...) ha realizado la productora audiovisual amiga Lapierna Audiovisual (a quien ya en otras ocasiones hemos dedicado algunos posts), quienes demuestran que no es necesario casi nada

las sillas abandonadas tras una junta vecinal, una escena pastoril, una caótica ciudad india, unas pinzas de la ropa...

para crear trabajos llenos de evocación y poesía si se tiene talento y se sabe mirar. En nuestro segundo video elegido cambiamos completamente de registro y nos adentramos en la cámara subjetiva y los giros de destino del clip de la canción "Luv DeLuxe", de Cinnamon Chasers, dirigido por el iraní Saman Keshavarz. La tercera de nuestras piezas es uno de los cortos de animación finalistas de la pasada edición de los Goya, en el que el canario José Ángel Alayón (y narrado por Luis Tosar) pone imágenes al inquietante relato de Virgilio Piñera «En el insomnio». Para cerrar la entrada les ofrecemos una delicada composición de un usuario anónimo de Youtube que nos honraria tener como una de nuestras Adherencias, la canción "Family Tree" del grupo estadounidense TV on the radio bailando con un lindo cartoon de 1932 que le va niquelado. Disfruten.

Lapierna Audiovisual - Piezas TV



Saman Keshavarz / Cinnamon Chasers - Luv Deluxe



José Ángel Alayón - En el insomnio



TV on the radio "Family Tree" / Silly Symphonies "Flowers and trees"

13 de febrero de 2011

Campanadas de la Historia (4) Túnez y Egipto reescriben su Historia


Es curioso cómo puede influir en la Historia un gesto tan brutal como normalmente desapercibido como es una muerte violenta en la escabrosa realidad de Oriente Próximo. Sin embargo, cuando el 17 de diciembre el joven tunecino Mohamed Bouazizi se prendía fuego nadie podia suponer que las llamas que quemaron su cuerpo también prenderían en el reseco andamiaje de los gobiernos dictatoriales de su país y de varios estados árabes más que parasitaban sus sociedades desde hace décadas. Ese acto de desesperación absoluta encontró una inesperada y masiva caja de resonancia en Internet y la redes sociales que se encargaron de vertebrar unas revueltas populares que han sabido escapar del sectarismo y el vandalismo con exquisita responsabilidad democrática. Desde aquí nuestra admiración y respeto por los millones de personas que de repente decidieron cambiar su Historia contra viento y marea. Les dejamos con la lúcida mirada de Vargas Llosa e imágenes de The Big Picture sobre este hecho extraordinario de nuestro tiempo. Y lo que queda.


La libertad y los árabes - Mario Vargas Llosa 13/02/11

El movimiento popular que ha sacudido a países como Túnez, Egipto, Yemen y cuyas réplicas han llegado hasta Argelia, Marruecos y Jordania es el más rotundo desmentido a quienes, como Thomas Carlyle, creen que "la historia del mundo es la biografía de los grandes hombres". Ningún caudillo, grupo o partido político puede atribuirse ese sísmico levantamiento social que ha decapitado ya la satrapía tunecina de Ben Ali y la egipcia de Hosni Mubarak, tiene al borde del desplome a la yemenita de Ali Abdalá Saleh y provoca escalofríos en los gobiernos de los países donde la onda convulsiva ha llegado más débilmente como en Siria, Jordania, Argelia, Marruecos y Arabia Saudí.

Es obvio que nadie podía prever lo que ha ocurrido en las sociedades autoritarias árabes y que el mundo entero y, en especial, los analistas, la prensa, las cancillerías y think tanks políticos occidentales se han visto tan sorprendidos por la explosión socio-política árabe como lo estuvieron con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética y sus satélites. No es arbitrario acercar ambos acontecimientos: los dos tienen una trascendencia semejante para las respectivas regiones y lanzan precipitaciones y secuelas políticas para el resto del mundo. ¿Qué mejor prueba que la historia no está escrita y que ella puede tomar de pronto direcciones imprevistas que escapan a todas las teorías que pretenden sujetarla dentro de cauces lógicos?

Dicho esto, no es imposible discernir alguna racionalidad en ese contagioso movimiento de protesta que se inicia, como en una historia fantástica, con la inmolación por el fuego de un pobre y desesperado tunecino de provincia llamado Mohamed Bouazizi y con la rapidez del fuego se extiende por todo el Oriente Próximo. Los países donde ello ha ocurrido padecían dictaduras de decenas de años, corruptas hasta el tuétano, cuyos gobernantes, parientes cercanos y clientelas oligárquicas habían acumulado inmensas fortunas, bien seguras en el extranjero, mientras la pobreza y el desempleo, así como la falta de educación y salud, mantenían a enormes sectores de la población en niveles de mera subsistencia y a veces en la hambruna. La corrupción generalizada y un sistema de favoritismo y privilegio cerraban a la mayoría de la población todos los canales de ascenso económico y social.

Ahora bien, este estado de cosas, que ha sido el de innumerables países a lo largo de la historia, jamás hubiera provocado el alzamiento sin un hecho determinante de los tiempos modernos: la globalización. La revolución de la información ha ido agujereando por doquier los rígidos sistemas de censura que las satrapías árabes habían instalado a fin de tener a los pueblos que explotaban y saqueaban en la ignorancia y el oscurantismo tradicionales. Pero ahora es muy difícil, casi imposible, para un gobierno someter a la sociedad entera a las tinieblas mediáticas a fin de manipularla y engañarla como antaño. La telefonía móvil, el internet, los blogs, el Facebook, el Twitter, las cadenas internacionales de televisión y demás resortes de la tecnología audiovisual han llevado a todos los rincones del mundo la realidad de nuestro tiempo y forzado unas comparaciones que, por supuesto, han mostrado a las masas árabes el anacronismo y barbarie de los regímenes que padecían y la distancia que los separa de los países modernos. Y esos mismos instrumentos de la nueva tecnología han permitido que los manifestantes coordinaran acciones y pudieran introducir cierto orden en lo que en un primer momento pudo parecer una caótica explosión de descontento anárquico. No ha sido así. Uno de los rasgos más sorprendentes de la rebeldía árabe han sido los esfuerzos de los manifestantes por atajar el vandalismo y salir al frente, como en Egipto, de los matones enviados por el régimen a cometer tropelías para desprestigiar el alzamiento e intimidar a la prensa.

La lentitud (para no decir la cobardía) con que los países occidentales -sobre todo los de Europa- han reaccionado, vacilando primero ante lo que ocurría y luego con vacuas declaraciones de buenas intenciones a favor de una solución negociada del conflicto, en vez de apoyar a los rebeldes, tiene que haber causado terrible decepción a los millones de manifestantes que se lanzaron a las calles en los países árabes pidiendo "libertad" y "democracia" y descubrieron que los países libres los miraban con recelo y a veces pánico. Y comprobar, entre otras cosas, que los partidos políticos de Mubarak y Ben Ali ¡eran miembros activos de la Internacional Socialista! Vaya manera de promocionar la social democracia y los derechos humanos en el Oriente Próximo.

La equivocación garrafal de Occidente ha sido ver en el movimiento emancipador de los árabes un caballo de Troya gracias al cual el integrismo islámico podía apoderarse de toda la región y el modelo iraní -una satrapía de fanáticos religiosos- se extendería por todo el Oriente Próximo. La verdad es que el estallido popular no estuvo dirigido por los integristas y que, hasta ahora al menos, éstos no lideran el movimiento emancipador ni pretenden hacerlo. Ellos parecen mucho más conscientes que las cancillerías occidentales de que lo que moviliza a los jóvenes de ambos sexos tunecinos, egipcios, yemenitas y los demás no son la sharia y el deseo de que unos clérigos fanáticos vengan a reemplazar a los dictadorzuelos cleptómanos de los que quieren sacudirse. Habría que ser ciegos o muy prejuiciados para no advertir que el motor secreto de este movimiento es un instinto de libertad y de modernización.

Desde luego que no sabemos aún la deriva que tomará esta rebelión y, por supuesto, no se puede descartar que, en la confusión que todavía prevalece, el integrismo o el Ejército traten de sacar partido. Pero, lo que sí sabemos es que, en su origen y primer desarrollo, este movimiento ha sido civil, no religioso, y claramente inspirado en ideales democráticos de libertad política, libertad de prensa, elecciones libres, lucha contra la corrupción, justicia social, oportunidades para trabajar y mejorar. El Occidente liberal y democrático debería celebrar este hecho como una extraordinaria confirmación de la vigencia universal de los valores que representa la cultura de la libertad y volcar todo su apoyo hacia los pueblos árabes en este momento de su lucha contra los tiranos. No sólo sería un acto de justicia sino también una manera de asegurar la amistad y la colaboración con un futuro Oriente Próximo libre y democrático.

Porque ésta es ahora una posibilidad real. Hasta antes de esta rebelión popular a muchos nos parecía difícil. Lo ocurrido en Irán, y, en cierta forma, en Irak, justificaba cierto pesimismo respecto a la opción democrática en el mundo árabe. Pero lo ocurrido estas últimas semanas debería haber barrido esas reticencias y temores, inspirados en prejuicios culturales y racistas. La libertad no es un valor que sólo los países cultos y evolucionados aprecian en todo lo que significa. Masas desinformadas, discriminadas y explotadas pueden también, por caminos tortuosos a menudo, descubrir que la libertad no es un ente retórico desprovisto de sustancia, sino una llave maestra muy concreta para salir del horror, un instrumento para construir una sociedad donde hombres y mujeres puedan vivir sin miedo, dentro de la legalidad y con oportunidades de progreso. Ha ocurrido en el Asia, en América Latina, en los países que vivieron sometidos a la férula de la Unión Soviética. Y ahora -por fin- está empezando a ocurrir también en los países árabes con una fuerza y heroísmo extraordinarios. Nuestra obligación es mostrarles nuestra solidaridad activa, porque la transformación de Oriente Próximo en una tierra de libertad no sólo beneficiará a millones de árabes sino al mundo entero en general (incluido, por supuesto, Israel, aunque el Gobierno extremista de Netanyahu sea incapaz de entenderlo).


8 de febrero de 2011

Concreciones (41) Madrid nos mata

Madrid se ahoga, mientras Aguirre y Gallardón (y la patética concejal de Medio Ambiente, Ana Botella) siguen negando y falseando la realidad de una ciudad (y unos ciudadanos...) hecha a la medida de los coches. 16.000 personas mueren prematuramente cada año en las grandes ciudades españolas por respirar toda esta mierda.

4 de febrero de 2011

Amazônia, última llamada (8 y 9, de 13) Tierra de jaguares / Naturaleza protegida

8. Tierra de jaguares

En este programa podremos familiarizarnos con los fascinantes felinos que habitan en el área amazónica. Algunos son muy conocidos e incluso han sido novelados como el jaguar. Otros menos conocidos como los tigrillos, salen del anonimato en este episodio.



9. Naturaleza protegida

Cuatro parques nacionales de Brasil, menos tópicos y más intencionadamente alejados del contexto amazónico, capitalizan nuestra atención. El algunos de estos santuarios naturales, fuera de la selva amazónica, también se dan forma vivas únicas en un delicioso equilibrio que debe mantenerse entre el disfrute del patrimonio natural y su necesaria conservación.