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16 de enero de 2009

Nunca olvido una cara pero con usted haré una excepción (2) Hasta nunca, George W. Bush

Se marcha George Bush Jr. Se va el peor presidente de la historia de Estados Unidos y por obra y gracia de la tan traida y llevada globalización, uno de los personajes más negativos para el resto del planeta desde hace décadas.

Porque uno puede ser un individuo ignorante, un necio y un arrogante como tú y no ser presidente USA y bueno, en ese caso, tu familia te tendría que soportar ya que en su interior saben que tienen su buena parte de culpa y es lo que su tan invocado dios ha querido y serías un borrachín y un hijo de papá disoluto y simplón y luego crecerías e intentarías enriquecerte legal e ilegalmente con tus negocios familiares de petróleo, negociando con quien fuera para lograrlo, y a pesar de que seas un iletrado y de tu limitada inteligencia medrarías en esa clase de trabajo por obra y gracia de las influencias de tu familia y de tus malas artes y de muchos dudosos favores debidos y pagados y te casarías con otra estúpida como tú y formaríais una familia igual de estúpida que ambos y los criaríais en las teorías creacionistas y en el amor a las armas y en la homofobia y en otras supersticiones por el estilo y vivirías una triste y desaprovechada vida instalada en la ignorancia y la mentira y un día morirías, acabando con tu absurda existencia y el radio de acción de la catástrofe que habrías generado a tu paso por lo menos habría sido relativamente limitado, habrías amargado la vida a menos gente.

Pero tras un primer fraude electoral que es toda una declaración de intenciones, te dan ocho años, ¡¡ocho años!!, en el puesto más poderoso del mundo y tus decisiones alcanzan escala planetaria y tienes esa inmensa oportunidad de hacer cosas grandes (aunque otras quizás no tanto) por tu país y por muchos millones de personas más en el mundo y a lo mejor las circunstancias sean complicadas, pero puedes intentarlo, sólo tienes que usar el cerebro humano que, si buscas, seguro tienes y además podrías disponer de las mejores mentes de tu país que necesitaras para aconsejarte y que así pudieras tomar mejores decisiones y podrías intentar, desde la enorme trascendencia de tu puesto, intentar resolver alguno de los grandes problemas que tiene el mundo y incluso podrías, por aquello de la real politik, abandonar tu cargo con algunas sombras y algunos cadáveres en el armario como el resto de presidentes de tu país (y de muchos países más), en fin, tú me entiendes, podrías haber sido un presidente no brillante, porque lo que no puede ser no puede ser, pero sí simplemente decente.

Sin embargo, has dedicado esos ocho años, junto a ese otro desecho moral que es Dick Cheney, a arruinar tu país, a abrir un centro de detención y tortura que contradice la esencia misma de los Estados Unidos, a hundir su imagen por todo el mundo con tus acciones arrogantes y necias, a intentar meter el miedo en los huesos de sus ciudadanos para manipularlos mejor, a acentuar e ignorar el la degradación del medio ambiente, a estar el máximo tiempo que has podido forzar de vacaciones, a aumentar y perpetuar las diferencias económicas entre clases sociales, a mentir y crear de la nada una guerra terrible e innecesaria en Irak, a gestionar torpemente otra en Afganistán, a que mueran directa o indirectamente por tus órdenes centenares de miles de personas, a no conseguir ninguno de tus objetivos estratégicos, a dilapidar un superávit histórico en políticas económicas injustas e ineficaces sumiendo, con salvajes políticas neoliberales, a tu país y el resto del mundo que pretendías representar en una terrible crisis económica de la que tardarán mucho en salir, en definitiva, a tomar siempre y en cada escenario, la más estúpida de todas las decisiones posibles, para crear una época de movimientos sísmicos de miseria, ruina y destrucción de escala global y con epicentro en la Casa Blanca. Has sido una auténtica calamidad para el mundo y ni siquiera has mostrado un ápice de arrepentimiento por todo el daño que has causado. Por todo ello, nadie te echará de menos. Y también por ello, cuando mueras, acuérdate de hacerlo lentamente. Y con dolor.